Se ha generado una vertiginosa dinámica sobre la tenencia de armas de destrucción masiva (atómica, biológica, química y radiológica) en todo Medio Oriente, tras la exitosa desactivación de la crisis siria, entre Putin y Obama.
A partir de este trascendente avance se gesta un nuevo orden mundial, un G-3 geoestratégico entre Estados Unidos/Rusia/China, con sus respectivos corolarios regionales y sus nuevas coordenadas.
Lo anterior ha sido aprovechado por el equipo en el poder en Irán, lanzando una vigorosa arremetida diplomática para dirimir el contencioso nuclear. Ello ha puesto a la defensiva a Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, quien ahora sufrirá la cuasi exigencia planetaria de exhumar todo su arsenal clandestino de armas de destrucción masiva.
Los planes del primer ministro israelí de atacar Irán, no convencen a gran parte de la clase político-militar del país y Washington tampoco comparte esa belicosidad. Quedan al descubierto los planes concretos de Netanyahu, quien ordenó preparar el país para un inminente ataque, que el Ejército se negó a ejecutar, porque existían diversos informes de los servicios de inteligencia estadounidenses e israelitas, que Irán suspendió su programa de desarrollo de armas nucleares en 2003.
Los Estados miembros del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), rechazaron la propuesta de resolución impulsada por los países árabes que condenaba el programa nuclear israelí. La agencia Reuters informó, que la moción fue desestimada por 51 países, en su mayoría occidentales, y aprobada por 43.
La finalidad de tal resolución no vinculante era exhibir la frustración de las naciones árabes por la ausencia de progresos de avance hacia un Oriente Medio libre de armamento nuclear. El texto instaba a Israel a adherirse al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y a poner bajo supervisión del OIEA sus instalaciones nucleares.
Los vecinos del Estado hebreo fueron presionados por Estados Unidos para que no aprobaran la iniciativa, arguyendo que perjudicaría los esfuerzos diplomáticos internacionales. Israel señaló que tal acción socavaría cualquier esfuerzo de mantener conversaciones sobre seguridad regional.
El Embajador de la Liga Árabe ante la OIEA, afirmó que, el objetivo del texto es que el mundo sepa que Israel no está ejerciendo un rol constructivo y dispone de enorme capacidad nuclear.
Se estima que Tel Aviv posee 400 ojivas nucleares y suficiente material para construir otras 115. Sin embargo, Israel nunca ha confirmado ni desmentido poseer armas nucleares. Pese a los datos, funcionarios israelíes y sus aliados estadounidenses sostienen que el programa de enriquecimiento de uranio iraní es la principal amenaza en la región.
Irán, por su parte, sostiene que, como miembro comprometido del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), tiene todo el derecho de utilizar la tecnología nuclear con fines pacíficos.
La inquietante dinámica practicada en Siria, que apunta a un nuevo condominio regional de Estados Unidos y Rusia en Medio Oriente, reverbera en Irán, quien catalizó la aceptación por el gobierno sirio de Bashar Al Assad, para firmar la Convención de Prohibición de Armas Químicas, así como la subsecuente destrucción bajo la égida internacional.
El presidente Barack Obama, a lo interno muy débil por el sistemático obstruccionismo de la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, paradójicamente puede impulsar su gran objetivo de un Medio Oriente libre de armas de destrucción masiva.
Obama podría pasar a la historia como un gran reconciliador con la teocracia jomeinista, después de 34 años de una querella anacrónica y fuera de las nuevas tendencias globales, que apuestan a un mayor equilibrio entre Estados Unidos /G-7/OTAN con el ascenso del BRICS y el Grupo de Shanghai; pudiendo agregar de los 120 países y 21 observadores del Movimiento de los No Alineados.
El más grande obstáculo podría ser que el propio Netanyahu, decida que Obama es demasiado blandengue y pasivo, por lo que podría decidir actuar solo y así arrastrar a los propios Estados Unidos al peor de los escenarios imaginados en Oriente Medio.
La desnuclearización de Oriente Medio únicamente será posible cuando se logre un acuerdo de paz amplio entre árabes, israelíes e iraníes.
Los planes del primer ministro israelí de atacar Irán, no convencen a gran parte de la clase político-militar del país y Washington tampoco comparte esa belicosidad
* Diplomático, jurista y politólogo.
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Fuente | elnuevodiario.com.ni
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