Anuncio de adquisiciones se hizo antes de las ofensas.
La actitud matonesca con la que el gobierno chileno se ha dirigido a nuestro país estaría respaldada en el peligroso nivel armamentista que posee. Esa sería la razón por la que la semana pasada, pocas horas antes de que los representantes de La Moneda iniciaran las agresiones verbales, se informó que las Fuerzas Armadas mapochas recibieron US$ 1.160 millones para la compra de armamento.
Como se recuerda fue el vicecanciller Alberto van Klaveren quien el viernes 27 de febrero inició las críticas al asegurar que la presentación de la demanda marítima había resquebrajado las relaciones bilaterales al punto de que no iban a recomponerse. A partir de ahí, la historia es conocida.
Entonces, el presidente ejecutivo de Codelco, José Pablo Arellano, había precisado la entrega de fondos a las FFAA provenientes por ley de las ventas que genera la cuprífera estatal, que en 2008 logró ganancias por 4.968 millones de dólares.
Los recursos se suman a los otros miles de millones de dólares que recibieron los institutos castrenses desde 2005, durante la bonanza del cobre.
Analistas de Defensa estiman en 3.000 a 4.000 millones de dólares los ahorros que disponen las FFAA chilenas para compra de armas.
Según el Instituto Internacional de Estudios Para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Chile es el segundo importador de armas de América Latina, con 615 millones de dólares en el año 2007, lo que genera preocupación y críticas en países vecinos.
En Chile, aunque hay un proyecto de ley que busca derogar la ley del cobre, no hay indicios que esa medida implique un descenso en el prepuesto destinado a compra de armas.
En diez años, ese país adquirió dos submarinos nuevos a Francia y España, 350 tanques Leopard 1 y 2 en Holanda y Alemania, 28 aviones cazabombarderos F-16 nuevos y de segunda mano en Estados Unidos y Holanda y ocho fragatas usadas en Holanda e Inglaterra. Hace poco, compraron 100 vehículos de combate Marder a Alemania, 12 helicópteros Bell 412 (a Estados Unidos), tres aviones de patrullaje marítimo CASA C-295 (España), diez helicópteros AS535 Super Puma (Francia) y 12 aviones turbo-hélice de ataque y entrenamiento Súper Tucano (Brasil).
Fuentes de Defensa dijeron además que con los nuevos fondos es posible pensar en la compra de equipamiento defensivo, en especial en el ámbito de la aviación naval, tales como aviones de patrullaje marítimo antisubmarinos.
Otras opciones serían la compra de vehículos de combate de infantería, sistemas antiaéreos, helicópteros de ataque, sonares de profundidad variable y un buque de control de mar y radares.
Fuente: La Razón
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