El uso de ingenios no tripulados llegarán en los próximos años también a los ejércitos de Tierra y la Armada, aunque de momento están limitados a las fuerzas aéreas. Es lo que ha sucedido con el drone submarino de la empresa estadounidense Teledyne Benthos, desarrollado para la US Navy diseñado para realizar labores de espionaje a submarinos enemigos. Ahora, el Pentágono invertirá 203,4 millones de dólares en un programa destinado a aprovechar sus usos militares.
El prototipo, conocido bajo el nombre de Slocum Glider, está impulsado por un motor con energía obtenida de la temperatura del agua -hasta ahora los modelos conocidos llevaban carburante convencional- o propulsión eléctrica mediante baterías. Con esta solución, la Armada dispondría de drones con una gran autonomía -incluso de semanas, sin necesidad de mantenimiento- que servirán tanto para acciones ofensivas como para recopilación de datos y detección de minas. Según los responsables del desarrollo del Slocum Glider, las primeras unidades de serie podrían estar listas en 2018.
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