Varios informes del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por su sigla en inglés) revelaron que Israel tiene a su disposición entre 100 y 300 ojivas nucleares y sigue fabricando de 10 a 15 bombas atómicas al año.
Hasta el momento el Gobierno sionista “ha producido entre 690 y 950 kilogramos de plutonio y continúa su producción en cantidades suficientes para crear anualmente cerca de una docena de bombas del mismo tipo que la que fue lanzada sobre Nagasaki”, explicó el SIPRI.
Además de fabricar armas nucleares y biológicas, Israel desarrolla tipos muy sofisticados de armas químicas, negándose a firmar acuerdos internacionales que permitan a observadores de la ONU inspeccionar su arsenal nuclear, químico y biológico.
El país hebreo también produce tritio, un gas radiactivo que se utiliza para crear ojivas de neutrones, que causan menos contaminación radiactiva, pero una tasa más alta de mortalidad.
Según varios informes realizados por diversas organizaciones internacionales, las armas biológicas y químicas se están desarrollando en el Instituto de Investigaciones Biológicas situado en Ness Ziona, cerca de Tel Aviv.
Este instituto, además del centro nuclear de Dimona, es una de las organizaciones más secretas de Israel y permanece bajo la supervisión directa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Hay pruebas convincentes de que, aparte de las bacterias y los virus convencionales, Israel está desarrollando armas biológicas sofisticadas capaces de destruir el sistema inmunológico humano.
Aunque oficialmente el Instituto israelí lleva a cabo la investigación de vacunas contra virus y bacterias como el ántrax, según algunas informaciones, en realidad estas investigaciones estarían financiadas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y dirigidas al desarrollo de nuevos agentes patógenos con fines militares, que afectaría a la población que no dispone de una vacuna especial.
Tel Aviv y su aliado Washington han denunciado en reiteradas oportunidades que Irán supuestamente enriquece uranio en alto nivel para fabricar una bomba atómica.
Pese a estas acusaciones, Israel es la única potencia nuclear que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear ni ha permitido que inspectores de la Agencia de Energía Atómica verifiquen sus instalaciones nucleares.
Estados Unidos por su parte ha desarrollado armas nucleares y ha hecho uso de estás contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, a finales de la Segunda Guerra Mundial, así como se ha negado a firmar algún protocolo de desarme.
En tanto, el Estado persa ha rechazado tales señalamientos y ha aclarado en reiteradas oportunidades que su programa nuclear es exclusivamente civil y pacífico.
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Fuente | librered.net
1 comentarios:
Sera que no piensan dejar jamas tranquila a la humanidad?quiera dios no cometan un error en la manipulacion de estos agentes radiactivos porque seran ellos mismos quienes se borraran d la faz de la tierra...
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