La base militar estadounidense de Rota, España, acogerá en 2014 cuatro buques destructores americanos en el marco del sistema antimisiles: el mayor incremento de presencia militar norteamericana en el territorio de España en las últimas décadas.
El despliegue del componente naval asignado al sistema antimisiles de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) fue anunciado por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien prometió en octubre de 2011 que tal decisión generaría “un millar de puestos de trabajo directos e indirectos” para los españoles.
Sin embargo, parece que el complejo de satélites y radares (capaces de detectar el lanzamiento de un misil, ver su trayectoria, localizarlo en su órbita y destruirlo con otro misil) no garantiza puestos de trabajo para los ciudadanos de Rota, que esperaban un impacto positivo económico de la base sobre su vida.
“No se van a crear más puestos de trabajo porque los americanos tienen 1.100 civiles contratados y hace tiempo que los quieren reducir”, asegura un mando de la base. “¿Qué gana España? Prestigio. ¿Y qué gana Rota? Que los militares que vienen no van a vivir en la base, porque ya no caben. De hecho, están haciendo obras para convertir los chalés pareados en uno solo porque quieren casas más grandes. Van a alquilar sus viviendas fuera y van a consumir”, añade.
Por su parte el capitán Scott C. Kraverath, la máxima autoridad americana en la base, sin mencionar el millar de empleos que prometió Zapatero, afirma diplomáticamente que “Aunque hay muchos factores implicados para poder facilitar una cifra exacta sobre el impacto económico que el despliegue de estos cuatro buques supondrá, la cantidad estimada de 1.300 militares”, además de civiles y familiares deja un impacto positivo en la economía local.
El ministro de Defensa del Gobierno de Mariano Rajoy, Pedro Morenés, y su homólogo estadounidense, Leon Panetta, firmaron el acuerdo el 10 de octubre, no pudo ser durante el gobierno de Zapatero porque su partido, el PSOE, perdió las elecciones.
En el marco de los llamados Pactos de Madrid, Estados Unidos se alió casi hace sesenta años con el dictador Francisco Franco para instalar en España cuatro bases militares, entre ellas la de Rota, al norte de la provincia de Cádiz, Andalucía. A cambio de su alianza con Washington, la España de Franco puso fin a su aislamiento internacional, pero era, en realidad, un cheque en blanco con una cláusula secreta que permitía a las fuerzas estadounidenses hacer uso de las zonas e instalaciones situadas en territorio español como bases de acción contra objetivos militares en caso de una evidente agresión comunista contra la seguridad de Occidente.
El próximo despliegue sustituye al viejo proyecto de guerra de las galaxias de Reagan, que George W. Bush quiso retomar y que Barack Obama modificó por su desorbitado coste (20.000 millones de dólares) hasta transformarlo en un sistema de defensa compartido para los 28 miembros de la OTAN, y para que, en lugar de derribar en vuelo misiles intercontinentales, sirviera para neutralizar los de corto y medio alcance.
Así, Francia desplegará un radar y un sistema de alerta, Holanda adaptará sus fragatas, Turquía tendrá un radar de detección que determinará la trayectoria del misil, Rumanía y Polonia aportarán interceptores.
La base de Rota, instalada en 1955, y que es la puerta de entrada al Mediterráneo, a mitad de camino entre EE UU y Oriente Próximo, aumenta también el potencial de España como objetivo terrorista.
Vía | hispantv.com
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