EE UU Y LA OTAN TRAS EL DOMINIO TOTAL

EEUU tiene dos intereses fundamentales en la zona que vienen desde los años cuarenta del siglo pasado, cuando ocupó el lugar de Gran Bretaña como potencia hegemónica en el mundo. Dichos intereses son: en primer lugar, dominar las fuentes de energía... Uno de sus más altos representantes dijo que “si podemos controlar el petróleo de Oriente Medio, podremos prácticamente dominar el mundo”. El segundo interés es impedir que se implante la democracia. Es importante para EEUU y sus aliados que no haya democracia en la zona... (Noam Chomsky).

16/6/12

Malvinas, a 30 años del fin de la guerra

México, DF.- En la madrugada del 2 de abril unos cinco mil soldados argentinos desembarcaron en la Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde 1833., y tras un breve combate, capturaron a los 79 soldados británicos destacados en la guarnición.



Desde hace más de un siglo los argentinos reclaman su soberanía sobre las islas: en los últimos años la reclamación se había vuelto insistente, y el comité de Naciones Unidas para descolonización respaldaba su reivindicación.

Apenas cuatro horas después de conocida la ocupación de las islas, Gran Bretaña formuló un ultimátum, reclamando la inmediata evacuación de las islas por parte de las fuerzas militares argentinas.

Para el gobierno conservador de Margaret Thatcher el desafío argentino resultaba intolerable: las Malvinas (Falkland en la denominación británica) constituían unos de los últimos reductos del desgajado imperio y mantenerlo a toda costa era un problema de principios.

Por su parte, para el gobierno militar argentino, presidido por el General Leopoldo Galtieri, la ocupación constituye una oportunidad única de romper el aislamiento que su gobierno permanece, respecto del conjunto de la sociedad argentina.

Una oleada de entusiastas patrióticos sacuda a las masas en Argentina, mientras la indignación del gobierno británico crece. Estimulado por los medios de comunicación, los partidos, y los sindicatos, el gobierno británico se apresta a lanzar un golpe decisivo contra la ocupación argentina con el apoyo logístico de Estados Unidos.

Mientras 12 mil soldados argentinos que ocupaban las Malvinas comenzaban la tarea de fortificación de la isla, Gran Bretaña enviaba al archipiélago una fuera naval de intervención compuesta de 36 naves de guerra, más la mitad de la flota de submarinos nucleares.

Fuerza militar Reino Unido

Armada: 40 aviones Sea Harrier; 40 helicopteros; 10 bombadeos Vulcan; 2 escuadroes Nimrod.

Marina: 2 Portaaviones; 6 destructores; 7 fragatas; 3 submarinos nucleares; 2 cruceros ligeros; Transportes adaptados.

Efectivos: 7 mil hombres

Las tropas argentinas al mando del general Mario Benjamín Menéndez, disponían de artillería antiaérea, blindados, un considerable apoyo aéreo y misiles tierra aire “Tigercat” y “ Roland”.

Fuerza militar Argentina

Fuerza Aérea: 68 Cazabombarderos Skyhaw; 18 Aviones Mirage III; 28 Aviones Dagger; 45 Aviones Pucará; 11 Bombarderos Camberra; 5 Aviones Super Etebdard; 19 Helicopteros.

Marina: 1 Portaaviones: 6 Destructores: 1 Crucero.

Efectivos: 12 mil hombres

Mientras los soldados argentinos sufrían intensamente el duro clima polar de las Malvinas, los soldados británicos entrenados en el mar, profesionales con años de servicio, no daban muestras de que el clima los afectará. El 1 de mayo, un bombardeo “Vulcan” de la RAF, atacó el aeropuerto de Port Stanley y lo dejó fuera de servicio, para dificultar el reaprovisionamiento a los argentinos.

La ofensiva británica había comenzado: al día siguiente un portaaviones argentino sin protección, el "General Belgrano", fue hundido por el submarino nuclear británico “Conqueror”, por orden directa de la primera ministra Margarte Thatcher, alcanzado por 2 torpedos “MK8”, el navío argentino se hundió causando la muerte a 323 hombres.

El 4 de mayo el destructor británico “Sheffield”, uno de los más modernos de aquel entonces de la Royal Navy, fue hundido por cohetes “Exocet” lanzados por aviones argentinos. En los días siguientes el destructor “Coventry”, las fragatas “Ardent” y “Antelope” y el “Atlantic Conveyor” resultaron dañados.

Sin embargo, la noche del 14 al 15 de mayo las fuerzas británicas lanzaron todo su peso contra las islas y la base aérea de Pebble Stanley, quedó totalmente destruida. El mando militar argentino se comportaba de manera desastrosa; los oficiales, más acostumbrados a ejercer la tortura que a combatir, mostraban una ineficacia absoluta y dejaban a la tropa librada a su suerte.

El 21 de mayo los británicos desembarcaron en la bahía de San Carlos más de 3 mil hombres y mil toneladas de material, en pleno día y sin encontrar más que una débil resistencia. A las 23:15 horas del 14 de junio de 1982, hace justo 30 años, Margaret Thatcher comparecía ante la Cámara de los Comunes para informar a los diputados del repentino desenlace: el general Menéndez se ha rendido y la Guerra de las Malvinas, por fin, ha acabado.

La Junta Militar argentina estaba obligada a aceptar las durísimas condiciones de Londres si no quería provocar una nueva masacre. “Londres, insiste ahora, no desea más muertes y Buenos Aires no quiere sacrificar más vidas”, podía leerse en la prensa de aquel día.

En los poco más de dos meses que había durado la guerra murieron 655 argentinos y 255 británicos. Cerca de mil muertos que no sirvieron para nada, porque las cosas han seguido igual, a pesar de los 30 años transcurridos.

El desenlace hizo que el crédito del general Leopoldo Galtieri quedará absolutamente por los suelos. Como presidente de Argentina, había decidido declarar la guerra a Gran Bretaña en el marco de la Operación Rosario, con el objetivo de hacerse con la soberanía de las islas y desviar el fuerte descontento popular por la situación económica y política de su país, y había fracasado totalmente.

Por su parte, Margaret Thatcher salía triunfal de una guerra que le ayudó a lograr su reelección en 1983.

Malvinas y el petróleo

Tras confirmarse la posibilidad de unas reservas de 60 mil millones de barriles en el subsuelo del espacio marítimo del archipiélago, Londres y Buenos Aires firmaron un acuerdo en 1995 que fijaba los términos de exploración y explotación de dichos recursos, pero Argentina se retiró unilateralmente del pacto en 2007.

Argentina, que siempre ha reclamado la soberanía sobre las islas como herencia de la Corona española, ha endurecido su posición y ha multiplicado sus críticas desde que, a comienzos de 2010, las autoridades locales, siempre guiadas por Londres, empezaron a hacer concesiones unilaterales a empresas británicas para la exploración de gas y petróleo.

Según estimaciones, de cumplirse las previsiones, se obtendrían unos 13 mil 700 barriles de petróleo por día a partir de 2016, por lo que la renta de las islas aumentaría en unos cien millones de dólares, más que suficiente para que a Londres le saliera gratis su defensa y se planteara en serio un cambio de estatuto, tal vez pensando en un estado libre asociado como Puerto Rico.

Sin la esperanza del petróleo y la riqueza pesquera, Malvinas seguiría siendo un pueblo, Puerto Stanley, rodeado de ariscos, rocas peladas, sin apenas un árbol, medio millón de ovejas y un puñado de pastores, atracción turística por sus colonias de leones marinos y pingüinos.

En la actualidad, el gobierno de la presidenta argentina Cristina Kirchner adoptó una nueva estrategia frente a Gran Bretaña, en el conflicto de Malvinas. En vez de concentrarse en la pronta recuperación de la soberanía de las islas –un objetivo que por ahora parece inalcanzable- Argentina tratará de impedir que los ingleses y los habitantes del archipiélago exploten los recursos naturales de esa región. Para tal efecto, el ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, informó que se iniciarán acciones legales contra las empresas que participen en la búsqueda y en la eventual explotación de las napas petrolíferas situadas en el Atlántico Sur.

La Guerra de las Malvinas en el futbol

Durante el Mundial de Futbol de México 86, y a pesar de haber transcurrido cuatro años desde el final de la Guerra de las Malvinas el conflicto y sus consecuencias continuaban bien presentes para ingleses y argentinos en 1986. Así, tras conocerse que ambas selecciones se enfrentarían en los cuartos de final del Mundial celebrado en México para lograr una plaza para jugar las semifinales del torneo, los incidentes eran algo esperado.

Entre los argentinos se encontraban barras de diversos clubes, como Nueva Chicago, Vélez Sarsfield, Estudiantes, Chacarita Juniors, Racing, River y Boca Juniors. A todos ellos se les sumó un contingente de militantes del llamado movimiento montonero, una guerrilla de inspiración peronista que actuó en Argentina entre 1970 y 1979, que se encontraban exiliados en México tras el golpe de estado protagonizado por la Junta Militar.

El día del partido que disputaron las selecciones de Inglaterra y Argentina, celebrado en el estadio Azteca en la Ciudad de México el 22 de junio de 1986, el ambiente era tenso. El encontronazo entre ambas hinchadas se produjo, a pesar de la estrecha vigilancia de la policía de México, en el cruce entre el Paseo de la Reforma y las avenidas Río Tiber y Florencia, justo en la glorieta situada a los pies del monumento a la Independencia, popularmente conocido como el Ángel.

Allí fue donde se concentraron los barristas argentinos contra los británicos. Fue una paliza la que recibieron los ingleses, entre los que había hinchas del Manchester United, Chelsea, Newcastle y West Ham United, Decenas de ellos fueron ingresados en los centros hospitalarios más cercanos mientras los barristas perseguían aún a los más rezagados. En su huída les arrebataron diversas banderas que, posteriormente, los argentinos exhibieron ostentosamente durante los restantes partidos del torneo.

Incidentes similares se produjeron dentro del estadio, cuando en las gradas los barristas se pelearon con seguidores ingleses y ambas aficiones quemaron sendas banderas de los dos países.

aztecanoticias.com.mx

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