Ante el reiterado fracaso de tomar el control de Siria y desalojar por la fuerza al presidente Bachar al Asad, la oposición evalúa ir a la conferencia de paz de Ginebra II la semana entrante.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS), el organismo techo que agrupa a la mayor parte de la oposición política al régimen de Bachar al Asad, sigue debatiendo hoy si participa en la conferencia de paz de Ginebra II la semana entrante.
El secretario de Exteriores de Estados Unidos, John Kerry, reiteró ayer la importancia de que la Coalición -nacida hace un año con respaldo de Washington- acuda a Ginebra sin condiciones previas.
La aclaración del secretario estadounidense se debe a las demandas que la Coalición opositora piensa plantear si decide participar de la reunión en Suiza. Entre ellas, que Asad ceda todo el poder a un Gobierno de transición.
Teniendo en cuenta los resultados de las contiendas, y de que el gobierno sirio a tomado control nuevamente de ciudades claves del país, es poco probable que acepte esas condiciones.
En tanto, un centenar de delegados de la Coalición llegaron ayer a Estambul donde se reúnen en un hotel no especificado a unos 60 kilómetros al oeste de la ciudad.
Inicialmente se iba a votar ayer mismo sobre la participación en la conferencia que arrancará el próximo miércoles en Montreux (Suiza), pero el rechazo de numerosos delegados complicó el debate, que a última hora fue aplazado para hoy.
Según datos preliminares, 45 de los 120 delegados estarían en contra de acudir a la conferencia, hecho que impediría cualquier decisión en el seno de la Coalición, ya que se debe tomar con una mayoría de dos tercios de los delegados, consignó la agencia EFE.
Además, algunos delegados amenazaron con darse de baja del organismo si éste decide acudir a la conferencia.
La división en la CNFROS refleja la creciente preocupación por perder el apoyo internacional o bien el del frente armado rebelde en Siria, donde se libra una guerra civil apoyada financieramente por Estados Unidos, e Inglaterra desde hace ya tres años con más de 100.000 muertos y millones de personas desplazadas y refugiadas.
Un alto el fuego -como el propuesto ayer por Asad para la ciudad de Alepo- no sería fácil de acordar, porque exigiría el compromiso de todos los grupos armados, advierten algunos.
"No hay un organismo político capaz de coordinar a todas las brigadas", aseguró hoy el activista de derechos humanos sirio Hefiz Abdulrahman, exiliado en Estambul, Turquía.
Los grupos con mayor cantidad de armas y dinero son islamistas extremos, como el Frente Al Nusra o el Estado Islámico en Iraq y Levante (ISIS), que ya fue denunciado por la Coalición como "una mina plantada por Asad" para destruir el frente rebelde.
"Las brigadas armadas no creen en las conversaciones de Ginebra porque no hay garantías de que se atiendan sus exigencias; no salió nada de Ginebra I y no ven por qué Ginebra II va a ser diferente", destaca Hefiz.
La Coalición ni siquiera tiene influencia asegurada entre las brigadas agrupadas bajo las siglas del Ejército Libre de Siria (ELS).
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